ANÉMIC CINÉMA... continúa.

Bueno, parece que el Anémic Cinéma de Duchamp ha despertado muchas pasiones y recuerdos. Os recomiendo una pequeña visita a los comentarios de esa entrada. Para abrir boca, ahí va el comentario que hizo Rafa Zaragoza:

Un día Marcel Duchamp iba a visitar a un amigo. Por el camino encontró un pequeño objeto que le hizo gracia y pensó que a su amigo iba a gustarle, así que decidió regalárselo. Pero después meditó un poco más y decidió que iba a regalarle el objeto de otra forma.
Introdujo el objeto en una especie de cilindro hueco, luego lo tapó con un par de cartones y finalmente fijó cuatro cierres que unían las dos tapas. Tras sacudir el objeto podía escucharse el ruido de aquella cosa que Duchamp había encontrado por el camino.
Al llegar a casa de su amigo le dijo: "He encontrado una cosa para tí", mientras le entregaba aquel objeto. El amigo, tras darse cuenta de que dentro del objeto había 'algo', le respondió:

- "Gracias, vamos a abrirlo y así veremos qué es"

Duchamp dijo:

- "¡No lo abras!, el regalo es el objeto, pero ¡no debes abrirlo nunca!"

En un primer momento el amigo se desorientó, pero luego comprendió enseguida el mensaje que le enviaba Duchamp. Cuando se abre un regalo hay un primer momento de ilusión, pero con el tiempo se desvanece. Si no abrimos el regalo, la ilusión expectante estará siempre ahí, cada vez que veamos el objeto.
El regalo no era aquella cosa que Duchamp encontro en el camino, era la ilusión - de quien regala y de quien recibe el regalo - congeladas en el tiempo.
Aquel regalo - que se conserva - es considerado hoy el primer 'objeto de arte'.


Y la contestación de Teresa:

Gracias Rafa, me has recordado una de mis obras preferidas

RUIDO SECRETO

Según Duchamp:

“Ruido secreto es el título de este ready-made asistido: un ovillo de cordel entre dos placas de latón unidas por cuatro tornillos largos. Dentro del ovillo Walter Arensberg colocó secretamente un pequeño objeto que hace ruido al ser agitado. Y todavía no se qué es, ni tampoco lo sabe, me imagino, nadie más.
En las placas de latón escribí tres frases en las que faltaban letras de vez en cuando, como en un rótulo de neón cuando una de las letras no está iluminada y hace que la palabra sea ininteligible.”
“Era una especie de secreto entre nosotros, y, como hacía ruido lo llamábamos el objeto ready-made con ruido secreto. Escúchalo. No se, no sabré nunca si es un diamante o una moneda.”