miércoles, 6 de febrero de 2008

The Reflecting Pool, 1977, Bill Viola

Bill Viola (1951, Nueva York). Desde muy joven se interesa por el arte por lo que estudia en la Universidad de Siracusa, un centro especializado en nuevos medios de expresión. A finales de los setenta y principios de los ochenta empieza a experimentar con las técnicas audiovisuales. Descubre en las religiones orientales y en los místicos cristianos un camino para el desarrollo de su trabajo a nivel de pensamiento y emociones. El Reina Sofía expuso su homenaje a San Juan de la Cruz, una video instalación muy potente: en una gran sala cerrada de pared a pared se proyectaba altas montañas cubiertas de nieve sobre las cuales la cámara se movía con gran rápidez y se oía el sonido del viento, en medio de la sala una habitación muy pequeña en la que no se cabía de pié con una mesa con un flexo que iluminaba un libro rememmorando el lugar donde había estado preso San Juan de la Cruz.
En sus vídeo instalaciones presenta temas relacionados con los ciclos vitales, el nacimiento y la muerte, como la que enfrentó la agonía de su madre con el nacimiento de su hijo.
Más tarde empieza su interés por el arte tardomedieval y renacentista que le sirve de inspiración para su trabajo más conocido, Las Pasiones.
The reflecting pool es uno de los primeros trabajos más importantes, necesita silencio y concentración por parte del espectador y una gran pantalla para apreciar el grado de misterio que trasmite.

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